1.- Rezar todos los días aunque sea pocas oraciones, pero despacio y bie meditadas, al
levantarse, al acostarse, también antes y
después de los alimentos.
2.- Jamás dejar de oír Misa completa los domingos
y días de precepto y no trabajar en esos días, a menos que se obtenga permiso
del Párroco que le corresponda.
3.- Oír Misa también otros días de la semana, confesarse cuando se necesario;
comulgar y visitar el Santísimo con la mayor frecuencia, si es posible diariamente.
4.- Rezar una hora del Ritual diariamente y el
Rosario con la mayor frecuencia, si es
posible diariamente, de preferencia con la familia, acostumbrarse a hacer
todos los días la comunión
espiritual y varios actos de amor a Dios.
5.- Examinar su
conciencia cada noche antes de dormir, tomándose cuenta de lo que hizo en el
día y cómo gastó el tiempo y ofreciendo enmendarse.
6.- El tiempo que no sea de trabajo pasarlo preferentemente con
la familia o en actividades sanas.
7.- Estar siempre
en casa contento y de buen humor, dando
buen ejemplo a la esposa, hijos, hermanos y todo aquel con quien tenga contacto, procurar la instrucción
religiosa de todos ellos. Una pequeña lectura los domingos acerca dela vida de
N. S. Jesucristo y de los Santos será muy deseable.
8.- Nunca pensar
mal ni murmurar de los demás, ayudar a
todos, procurando atraer a los alejados de Dios.
9.- Jamás entrar en centros vicio y no ser motivo de escándalo.
10.- Jamás
permitir que entren en su casa y mucho
menos leer libros ni periódicos
deshonestos.
11.- Alejarse de toda compañía que sea un peligro
de pecar, y procurar convencer a aquellos que no viven
según la ley de Dios.
12.- Adquirir el espíritu de mortificación por
medio del recato en la vista, la
prudencia en el hablar y aceptar todas las penas y pruebas que Dios le mande, ofreciendo sus
sufrimientos en compensación por sus
pecados.
13.- Aceptar con entusiasmo las comisiones y los cargos para los que sea designado en servicio
de la Adoración Nocturna.
14.- Recuerden que todas
las riquezas que recibe en su vida de Adorador, no son para guardarlas
avaramente en la esterilidad, sino que son también para servir a sus hermanos
los hombres. El apostolado en su vida es un termómetro de su vida interior y de
su vida de Adorador.